lunes, 1 de junio de 2020

ENTREVISTA DESDE LA INMORTALIDAD CON...JOSEFINA DE LA TORRE




        Estoy en un pueblo perdido y pequeño, pero con biblioteca...He conseguido en préstamo un libro que nos habla de Josefina de la Torre Millares. Salgo a la plaza, me siento e inicio mi lectura.
        Pasado un rato, noto que alguien se ha sentado junto a mí, en el mismo banco; pero no le presto atención. Sigo con la lectura.
        Al llegar a una página, donde aparece la foto de la protagonista de la publicación, mi recién acompañante me pregunta: “¿Estaba guapa,no le parece?" 
         Con perplejidad la miro y allí, sí allí, está doña Josefina, bien dispuesta, a mí lado y sonriente...
        “No se asombre. Éstas son las cosas de leer y de los libros... No se asombre. Cuando leemos y sabemos leer, hablamos con los personajes, con los autores…¿Por qué escogió ese libro?”
        “Si le digo la verdad es que me mandaron un trabajo por “el día de las letras canarias”, yo de usted no sabía nada, ni la había oído nombrar”.
    “Bueno, pues aprovecha y pregúntame lo que quieras que para eso estoy ahora contigo. A lo mejor te animas y te llega a gustar mi obra."
        "Pues gracias.  ¡Así me evita seguir leyendo…! ¡Ay!Usted perdone, no quise…"
        “No te preocupes...La gente, la mayoría ha perdido el gusto por leer. Ahora hay otras cosas... Pregunta, pregunta, que yo te contesto”.


¿Sabía usted que había sido nombrada autora representativa del día de la LETRAS CANARIAS 2020? 
    

    Esos rumores me habían llegado, pero como usted sabe, en nuestra tierra a los cotilleos no se les deben escuchar… ¡Cogerme de sorpresa no me cogió, pero ha sido muy agradable! Por lo menos me ha resultado muy entrañable.

¿Qué datos y fechas piensa que marcan su vida?

    Soy Josefina de la Torre Millares, nací en 1907 en Las Palmas de Gran Canaria, fallecí en Madrid el 12 de julio de 2002. Fíjese que viví nada menos que 95 años.

¿Y por qué cree usted que ahora en las Islas se han acordado de su trayectoria?
 

   No sé, quizás con los años me hayan valorado más de lo que yo misma pensaba. Yo fui poetisa- hoy reivindicaría la categoría de poeta- además novelista, cantante lírica y actriz. ¡Fíjate tú, criatura! Creo que no perdí el tiempo para nada.
    Tuve la dicha de pertenecer a una gloriosa generación de la Literatura Española, la insigne Generación del 27, la de 1927. Te recuerdo que en ella destacaron Luis Cernuda, Pedro Salinas, García Lorca, que te diría yo...hubo tantos.
    A las chicas de esta época los hombres nos denominaron las “SIN SOMBRERO”, creo que nos respetaban poco, siempre nos miraron un poco con desdén, ellos se lo perdían...

¿En su casa de pequeña cómo pasó su vida?
        

    Fui la menor de seis hermanos. Mis padre eran Bernardo de la Torre y Comminges (hombre de negocios muy comprometido con el desarrollo de la ciudad de Las Palmas ) y Francisca Millares Cubas (hija del historiador, novelista y músico Agustín Millares Torres) dedicada por entero a las artes.
        ¡Cómo verás el ambiente de mi casa favorecía las inquietudes culturales! Por ello no es de extrañar que mi temperamento artístico estuviera marcado por distintos ámbitos, principalmente la música, la poesía y la interpretación dramática. Mi mentor en el terreno musical fue mi tío, el barítono Néstor de la Torre Comminges, intérprete de amplia trayectoria en Canarias.

¿Cuándo empezó a escribir y luego cómo continuó?
    

    A los ocho años, en 1915, compuse unos versos dedicados al poeta modernista canario Alonso Quesada, aunque un año antes ya había escrito un poema de homenaje a Benito Pérez Galdós, y a los trece comencé a publicar en revistas.
    Sería una niña prodigio, pero yo no diría tanto. La influencia de mi hermano Claudio, novelista y dramaturgo en auge en aquel momento, y Premio Nacional de Literatura en 1924, fue muy importante para mi iniciación en el campo de la literatura y también de la representación teatral.
    Fundé en mi casa de la playa de Las Canteras el llamado Teatro Mínimo. Pronto tuve contactos con el genio literario de Pedro Salinas, quien me prologó mi primer poemario: Versos y estampas, escrito en 1927.

    ¿De qué trataba ese poemario?
    

    Mi infancia isleña…, por eso Salinas me llamó "muchacha-isla". La verdad que ese mote me hizo mucha ilusión. En esos años mi actividad era incesante, durante mis largas estancias en Madrid, aprovechaba para perfeccionar mis estudios de canto. Seguí con otros libros, principalmente de poesía.
    En 1934 comencé a trabajar como actriz de doblaje de la magnífica Marlene Dietrich para la Paramount en Joinville en Francia. En 1935 regresé a Madrid, donde instalé mi residencia. Es entonces cuando voy a desarrollar mi vocación musical y teatral.

    ¿Dónde sobrellevó el período de la Guerra Civil y su años posteriores?
    

    Durante la Guerra Civil volví a Canarias, a Las Palmas. Allí publiqué mis primeras novelas, algunas con estructura cinematográfica, bajo el seudónimo Laura de Comminges. Eran folletines que contaban historias de evasión. Gracias a esta iniciativa conseguía el sustento económico.

    ¿Cuándo regresa a Madrid?
   

     A mitad de los cuarenta, allí haré de ayudante de dirección, guionista y columnista de la revista, actriz en radionovelas y en varias películas. Llegué a formar mi propia compañía de teatro.

    ¿Y poesía no publicaba en ese período?
    

    No, no llegué a publicar cosas destacadas. Eso sí, novelas..., que recuerde, hubo dos. Ya con la democracia publiqué “Medida del tiempo”. Y en 1989 saqué un poemario con el mismo título.

    ¿Cómo valoraría su producción literaria?
   

     Para mí es difícil, muy difícil. Algunos estudiosos de mis letras han llegado a decir que posee una gran calidad. Fui tildada de vanguardista, polifacética, cosmopolita, activa, y qué se yo que más…..

    ¿Y de títulos cuáles nos destaca de su poesía?
  

      "Versos y estampas", "Poemas de la isla", "Marzo incompleto" y "Medida del tiempo", que permaneció inédito mucho tiempo.
    

    ¿Me recitaría recitar algunos versos ? 
   

     Bueno, si te empeñas... Yo preferiría que me leyeras. Espero que ya me permitas tutearte, pues mira que llevamos un ratito hablando…

    ¡Por supuesto, Josefina! Si tú me lo permites también te tuteo.
    

    Por supuesto, por supuesto, recuerda que yo era de las “Sin sombrero”.) Vamos allá con ese poema… Hay que ponerse seria...


... Nadie me ve, ni me oye,
nadie sabe de mis voces.
Ni de mi cuello inclinado,
ni de mis brazos ceñidos,
ni de estos pies descalzos.
Nadie lo sabe. Yo sí,
lo sé. Pero voy y vengo
de la sombra a la pared
y me desprende la luz
contra mis brazos en cruz,…


Pues sí que me gusta, la verdad...¡ Me lo vuelves a recitar!
   

 No, no...Creo que si te gusta de verdad lo mejor es leerlo...La lectura y la poesía a veces cuestan un poco, pero no te prives, ni del del esfuerzo ni de su placer...Y te dejo para que continúes...


Y tal como vino se marchó...Me quedé en la duda si me había pasado de verdad...Creo que sí...


                JUAN JOSÉ PÉREZ ACOSTA


 Fuentes:


https://es.wikipedia.org/wiki/Josefina_de_la_Torre

 



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