Estoy en un pueblo perdido y pequeño, pero con biblioteca...He
conseguido en préstamo un libro que nos habla de Josefina de la
Torre Millares. Salgo a la plaza, me siento e inicio mi lectura. Pasado un rato, noto que alguien se ha sentado junto a mí, en el
mismo banco; pero no le presto atención. Sigo con la lectura. Al llegar a una página, donde aparece la foto de la protagonista de
la publicación, mi recién acompañante me pregunta: “¿Estaba
guapa,no le parece?" Con perplejidad la miro y allí, sí allí, está
doña Josefina, bien dispuesta, a mí lado y sonriente... “No se asombre. Éstas son las cosas de leer y de los libros... No se asombre. Cuando leemos y sabemos leer, hablamos con los
personajes, con los autores…¿Por qué escogió ese libro?” “Si le digo la verdad es que me mandaron un trabajo por “el día
de las letras canarias”, yo de usted no sabía nada, ni la había oído nombrar”. “Bueno, pues aprovecha y pregúntame lo que quieras que para eso
estoy ahora contigo. A lo mejor te animas y te llega a gustar mi obra." "Pues
gracias. ¡Así me evita seguir leyendo…! ¡Ay!Usted
perdone, no quise…" “No te preocupes...La gente, la mayoría ha perdido el gusto por
leer. Ahora hay otras cosas... Pregunta,
pregunta, que yo te contesto”.
¿Sabía usted
que había sido nombrada autora representativa del día de la LETRAS CANARIAS 2020? Esos rumores me
habían llegado, pero como usted sabe, en nuestra tierra a los
cotilleos no se les deben escuchar… ¡Cogerme de sorpresa no me
cogió, pero ha sido muy agradable! Por lo menos me ha resultado muy
entrañable.
¿Qué datos y fechas piensa que marcan su
vida?
Soy Josefina de la Torre Millares, nací en 1907 en Las Palmas de Gran
Canaria, fallecí en Madrid el 12 de julio de 2002. Fíjese que viví
nada menos que 95 años.
¿Y por qué
cree usted que ahora en las Islas se han acordado de su trayectoria? No sé, quizás con
los años me hayan valorado más de lo que yo misma pensaba. Yo fui
poetisa- hoy reivindicaría la categoría de poeta- además
novelista, cantante lírica y actriz. ¡Fíjate tú, criatura! Creo
que no perdí el tiempo para nada. Tuve la dicha de
pertenecer a una gloriosa generación de la Literatura Española, la
insigne Generación del 27, la de 1927. Te recuerdo que en ella
destacaron Luis Cernuda, Pedro Salinas, García Lorca, que te diría
yo...hubo tantos. A las chicas de esta
época los hombres nos denominaron las “SIN SOMBRERO”, creo que
nos respetaban poco, siempre nos miraron un poco con desdén, ellos
se lo perdían...
¿En su casa
de pequeña cómo pasó su vida? Fui la menor de seis
hermanos. Mis padre eran Bernardo de la Torre y Comminges (hombre de
negocios muy comprometido con el desarrollo de la ciudad de Las
Palmas ) y Francisca Millares Cubas (hija del historiador, novelista
y músico Agustín Millares Torres) dedicada por entero a las artes. ¡Cómo verás el
ambiente de mi casa favorecía las inquietudes culturales! Por ello
no es de extrañar que mi temperamento artístico estuviera marcado
por distintos ámbitos, principalmente la música, la poesía y la
interpretación dramática. Mi mentor en el terreno musical fue mi
tío, el barítono Néstor de la Torre Comminges, intérprete de
amplia trayectoria en Canarias.¿Cuándo
empezó a escribir y luego cómo continuó? A los ocho años, en
1915, compuse unos versos dedicados al poeta modernista canario
Alonso Quesada, aunque un año antes ya había escrito un poema de
homenaje a Benito Pérez Galdós, y a los trece comencé a publicar en
revistas. Sería una niña
prodigio, pero yo no diría tanto. La influencia de mi hermano
Claudio, novelista y dramaturgo en auge en aquel momento, y Premio
Nacional de Literatura en 1924, fue muy importante para mi iniciación
en el campo de la literatura y también de la representación
teatral. Fundé en mi casa
de la playa de Las Canteras el llamado Teatro Mínimo. Pronto tuve
contactos con el genio literario de Pedro Salinas, quien me prologó
mi primer poemario: Versos y estampas, escrito en 1927.
¿De qué trataba ese poemario? Mi infancia isleña…,
por eso Salinas me llamó "muchacha-isla". La verdad que
ese mote me hizo mucha ilusión. En esos años mi actividad era
incesante, durante mis largas estancias en Madrid, aprovechaba para
perfeccionar mis estudios de canto. Seguí con otros libros,
principalmente de poesía. En 1934 comencé a
trabajar como actriz de doblaje de la magnífica Marlene Dietrich
para la Paramount en Joinville en Francia. En 1935 regresé a Madrid,
donde instalé mi residencia. Es entonces cuando voy a desarrollar
mi vocación musical y teatral.
¿Dónde
sobrellevó el período de la Guerra Civil y su años posteriores? Durante la Guerra Civil volví a Canarias, a Las Palmas. Allí publiqué mis primeras
novelas, algunas con estructura cinematográfica, bajo el seudónimo
Laura de Comminges. Eran folletines que contaban historias de
evasión. Gracias a esta iniciativa conseguía el sustento económico.
¿Cuándo
regresa a Madrid? A mitad de los
cuarenta, allí haré de ayudante de dirección, guionista y
columnista de la revista, actriz en radionovelas y en varias
películas. Llegué a formar mi propia compañía de teatro.
¿Y poesía
no publicaba en ese período? No, no llegué a
publicar cosas destacadas. Eso sí, novelas..., que recuerde, hubo dos.
Ya con la democracia publiqué “Medida del tiempo”. Y en 1989
saqué un poemario con el mismo título.
¿Cómo
valoraría su producción literaria? Para mí es difícil,
muy difícil. Algunos estudiosos de mis letras han llegado a decir
que posee una gran calidad. Fui tildada de vanguardista,
polifacética, cosmopolita, activa, y qué se yo que más…..
¿Y de títulos cuáles nos destaca de su
poesía? "Versos y estampas", "Poemas de la isla", "Marzo incompleto" y "Medida del tiempo", que
permaneció inédito mucho tiempo. ¿Me recitaría recitar algunos versos ? Bueno, si te
empeñas... Yo preferiría que me leyeras. Espero que ya me
permitas tutearte, pues mira que llevamos un ratito hablando…
¡Por
supuesto, Josefina! Si tú me lo permites también te tuteo. Por supuesto, por
supuesto, recuerda que yo era de las “Sin sombrero”.) Vamos
allá con ese poema… Hay que ponerse seria...
...
Nadie me ve, ni me oye, nadie
sabe de mis voces. Ni de
mi cuello inclinado, ni de
mis brazos ceñidos, ni de
estos pies descalzos. Nadie
lo sabe. Yo sí, lo
sé. Pero voy y vengo de la
sombra a la pared y me
desprende la luz contra
mis brazos en cruz,…
Pues sí que me gusta, la verdad...¡ Me lo vuelves a recitar! No, no...Creo que si te gusta de verdad lo mejor es leerlo...La lectura y la poesía a veces cuestan un poco, pero no te prives, ni del del esfuerzo ni de su placer...Y te dejo para que continúes...
Y tal como vino se marchó...Me quedé en la duda si me había pasado de verdad...Creo que sí...
JUAN JOSÉ PÉREZ ACOSTA
Fuentes:
https://es.wikipedia.org/wiki/Josefina_de_la_Torre
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